En 1950, los juninenses rezaban por agua. Crónica de sequías

La sequía: cruda realidad del campo argentino. Los productores, periódicamente, deben hacer frente a este grave flagelo.

Los dirigentes agropecuarios de aquel tiempo pidieron urgentes medidas de apoyo a las autoridades nacionales. Una historia que suele repetirse periódicamente. La sequía de enero de 2012 



En la década del ´50, los juninenses padecieron un fenómeno climático de similares características a una sequía que se produjo en la zona en 2016 -62 años después- que hasta los llevó a que el por entonces obispo de la diócesis de Mercedes, monseñor Anunciado Serafíni convocara a una jornada de oración.

En enero de 1950, Junín –ciudad y campo- comenzó a sufrir una grave sequía y la crónica del diario dice que eso llevó a que los juninenses pidieran “una tregua y quieren que llueva”.
El 29 de enero de 1950, por disposición del entonces obispo de Mercedes, monseñor Anunciado Serafíni organizara jornadas de oraciones "pidiendo al cielo derrame sobre nuestros campos y poblaciones la tan ansiada lluvia, cuya ausencia viene ocasionando graves trastornos en las actuales circunstancias", señala la nota publicada por el diario La Verdad en ese momento agregando que "seguramente que han de ser muchas las personas que han de llegar al templo para sumar sus preces a la Iglesia a fin de que el Cielo haga descender el preciado líquido en forma de lluvia beneficiosa".

Fracaso de la cosecha maicera

La sequía generó que el Centro de Agricultores en una nota firmada por su presidente Francisco Iparraguirre y el secretario, Pablo Norese, pidiera a las autoridades una "rebaja de combustibles que se emplean en tareas del campo, falta de forrajes y alto costo de alimentación de los animales".

Esta sequía se prolonga en el mes de febrero donde ya se hablaba de una "triste situación de los campesinos" y ante el fracaso de la cosecha maicera, la Sociedad Rural de Junín elevó al ministerio de Agricultura de la Nación, una nota sobre consecuencias de la sequía y el envío urgente de forrajes debido a problemas en tambos y haciendas. La nota era firmada por el entonces presidente de la Sociedad Rural de Junín Eusebio Mendizabal y el secretario de la entidad, Aldo O. Ginzo.

La crónica periodística de la época también informaba por aquellos días que “basados en declaraciones del gerente de la Liga Agrícola Ganadera Sr. L. Tacchino, la situación es mala en el campo pues el maíz estaría totalmente perdido y el girasol podría ser salvado en parte con una lluvia oportuna, de lo contrario se perdería también esta cosecha”.
Es de imaginarse el pesimismo de los agricultores ante estas pérdidas debido a los fenómenos naturales.

Y dice el diario en sus páginas, hoy amarillentas por el paso de poco más de seis décadas: “Una de las primeras pérdidas en las grandes sequías ha sido siempre el ganado. El animal busca ansiosamente el pedazo de tierra que le provea el pasto natural que es su fuente de vitaminas. Los que tienen alfalfa sembrada puedan capear el temporal salvando momentáneamente la situación por medio del racionamiento pero los campos que resultaban una verdadera maravilla en la pasada primavera presentando el ganado que en ellos pastaban un aspecto espléndido, hoy se encuentran ralos y casi desiertos, pues donde ayer ese ganado rumeaba, hoy deambula desesperado en busca de la mata de hierba, un complemento imprescindible para su vida. De ahí que el ganadero vea diariamente caer aquí y allá lo que otrora fueran hermosas reses sin poder remediar el mal”.

“La actividad vial –se testimoniaba en aquellos días- ha quedado casi totalmente interrumpida a raíz del estado de los caminos que hace imposible la remoción de tierra, no existiendo humedad, falta consistencia en el suelo y al carecer de base toda la labor en este sentido es inútil.

Los equipos de Vialidad que están asignados en las rutas que rodean a Junín permanecen inactivos precisamente como consecuencia de la intensa sequía que afecta la región y de la que están derivando graves inconvenientes.

Después, la lluvia

Las oraciones, indudablemente, hicieron su efecto porque tres años más tarde, El diario la Verdad –también en el mes de enero- daba otro titular completamente distinto: “La Municipalidad adopta medidas para evitar inundaciones ya que aumenta el cauce de agua en el Balneario y rebalsa el Carpincho”.

Y parecía esto imparable porque en 1954, el sábado 9 de febrero, el titular de este diario era: “El crecimiento del nivel de las aguas en la Laguna de Gómez provoca optimismo en torno al popular balneario”.

Los periodistas de la época narraban: "La población de esta ciudad vio no sin angustia hace un lustro como las aguas de la Laguna de Gómez, comenzaron a retirarse lentamente y dejando atrás el espigón continuaron su huida en medio de un coro de comentarios que no alcanzó a detener en lo más mínimo al líquido elemento que de a poco dejaba un desierto casi inmensurable, allí donde antes era un lugar privilegiado y un refugio al que huían caravanas inmensas cuando la canícula hacía insoportable el ambiente ciudadano".
Enumera el artículo que el municipio “ha realizado obras de camino y jardinería junto a la Hostería Playasol” y destaca: "Los comentarios optimistas se ven robustecidos esta temporada con la creciente del nivel de agua de la Laguna.

El ciclo húmedo parece imparable porque el jueves 28, la noticia era que el día anterior “una intensa lluvia provocó inundaciones en varios puntos de la ciudad. Familias del barrio Evita debieron ser evacuadas de sus viviendas”. Las precipitaciones superaron ese mes los doscientos milímetros.

Reiteraciones en el tiempo

Muchísimo más cerca en el tiempo, el año pasado, la región también había sufrido un período de seca que muchos describieron como “la más grave en los últimos 70 años” (bien se veía que no sabían lo que pasaría doce meses más tarde). Hace un año la situación había comenzado a revertirse a mediados del mes de enero, cuando el domingo 16 y el miércoles 19 cayeron en nuestra ciudad aproximadamente 120 milímetros (58 el primero de los días y 60 el segundo) ayudando a revertir la situación.

Entre “La Niña” y “El Niño”, a lo largo del tiempo y la historia, como vemos, hemos estado a mal traer entre mucha lluvia y “la seca” preocupante.



Lluvia y sequía, de tanto en cuanto

Dice Roberto Carlos Dimarco en su "Manual de Historia de Junín": "Por referencias que señalaremos, sabemos que el año de la fundación fue de gran sequía, al igual que años posteriores. Carlos Alberto Moncauf, en un documentado trabajo, dice: "La seca se repite entre 1824 y 1832: conócese este período como el de la "gran sequía". Durante él los ríos Samborombón y Salado llegaron a secarse por completo.

En este período de la gran seca llovió tan pocas veces que la vegetación -inclusive los grandes cardales- fue desapareciendo. Los campos se convirtieron en inmensas polvaredas. Las aves (perdices, martinetas, patos, gansos, cisnes silvestres, etc.), los mamíferos salvajes (nutrias, peludos, mulitas, zorros, etc.) las vacas y los caballos perecían de hambre y sed.

Dice Carlos Darwin, viajero de estos pagos por 1833, que los "ciervos acudían a beber en los pozos de los patios de las casas y las perdices apenas si tenían fuerzas para levantar vuelo cuando las perseguían".

Como corolario de la gran sequía, sobrevino una época de grandes lluvias que determinaron importantes inundaciones. Se dice que durante aquella espantosa sequía, los lechos de los ríos Samborombón y Salado fueron colmados, de barranca a barranca, con los cuerpos de los animales muertos.

"Era tal el furor con que se precipitaban al llegar a alguna aguada, que los que llegaban primero era atropellados y muertos y aplastados por los que los seguían en esa carrera densefrenada y macabra".

En 1839, hubo también grandes inundaciones, en el invierno de 1857 se registran temporales que determinan una gran inundación, debordándose los ríos y las lagunas "encadenadas".

En 1874 y 1877 se repiten las grandes precipitaciones a las que siguen las tremendas de 1883 y 1884.

En 1900 se producen nuevas inundaciones. Esta causó a la provincia pérdidas que llegaron a calcularse en 20 millones de ovejas y 2 millones de vacunos sin sumar los sembrados arrasados.

En 1904, por obra del gobernador Marcelino Ugarte, comienza la construcción del Canal del Norte, que debía unir la laguna Mar Chiquita (Junín) con Baradero, este canal de navegación, con obras bastante adelantadas, no dio el resultado pensado y fracasó por diversas causas, entre ellas por falta de agua necesaria.

Es así como en 1913, mayo y octubre de 1914 y mayo y junio de 1915, se repiten las grandes inundaciones con características alarmantes.

En 1929 y 1930 se repite la falta de precipitaciones. A partir de 1952 y hasta 1959, se manifiesta otra fuerte sequía.

En años recientes, 1991 y 2001, Junín ha sufrido el problema de las inundaciones, un verdadero drama para nuestra zona.

En 2009 y en los meses de diciembre de 2010 y enero de 2011 también se produjo una marcada sequía que generó pérdidas en la cosecha de maíz. A esta reseña histórica se suma el fenómeno climático que estamos padeciendo por estos días.


DEL 22 DE ENERO DE 2012:

El verano de 2012: Máxima superior a los 37º y esperan lluvias


Las altas marcas térmicas siguen agobiando a los juninenses, sin tregua. Ayer viernes la máxima fue de 37 grados 4 décimas a las 16.30 y la mínima se registró a las 6.20 con 19 grados 8 décimas.

En la noche del viernes persistían los altos valores dado que a las 21 la marca era de 30 grados, a las 23 se registraron 29 grados, a la medianoche la temperatura era de 27 grados 6 décimas y por la madrugada osciló en los 24 grados.

La ola de calor se profundizará hoy con una marca mínima estimada de 22 grados y máxima de 38 grados.

Las perspectivas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para hoy sábado son nubosidad variable, vientos leves del noreste, por la mañana y hacia la tarde-noche se anuncia nubosidad variable, tiempo desmejorando, probabilidad de tormentas, vientos leves a moderados del noreste.

La buena nueva para estos días es que el SMN prevé lluvias y tormentas para domingo, lunes y hasta el martes a la mañana, día en que se anticipa nubosidad variable para la tarde-noche. Igualmente, las temperaturas seguirán siendo altas porque las mínimas estimadas para esos tres días oscilarán entre los 20 y los 22 grados y las marcas máximas girarán entre los 33 y 37 grados, esperándose que el más caluroso sea el día lunes.

Un mes después, las lluvias recuperan el nivel hídrico
Durante el mes de febrero de 2012, las lluvias permitieron ir recuperando el perfil húmedo del suelo y el diario LA VERDAD publica en su edición del 20 de febrero de 2012:













 












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