Ilmar Rivero le escribe a su barrio "El Molino"

Año 1902. Carga y descarga de cereales y harinas en los trenes en vías propias del Molino Tassara. (Foto extraída del sitio de Fortunato Tassara S.A. ver link)
Tuve la oportunidad de conocer a Ilmar Rivero e incluso compartir jornadas de trabajo con él en la última época del desaparecido "Semanario" -dejó de publicarse en 1989- y luego en los primeros años de FM Fortín Federación. Ambos en el mítico edificio de la calle Alem, en el Pueblo Nuevo.
Nunca usó la máquina de escribir (si, empecé en el periodismo cuando aún se usaban las Olivetti y el grabador tipo pianito) al menos yo nunca lo vía tecleando una. Siempre con una "cuartilla" como se le decía antaño a las hojas en las que tomábamos apuntes y una "Bic" azul donde su mente inspirada y profusa daba rienda suelta a sus ideas para plasmarlas en el papel.
Admiración secreta me inspiraba el "Negro" Rivero -quien también supo lidiar en el tema gremial con su militante participación en la Unión Ferroviaria-.
Realmente me considero un afortunado que Dios y la vida me hayan dado la oportunidad de compartir esas jornadas laborales, una pasión por el periodismo y nuestra ciudad, esa ciudad que él describía de una manera tan singular en sus prosas. Sus personajes, su misticismo, sus leyendas urbanas. Ilmar las conocía, las referenció y las plasmó de una manera tan particular que muchas hoy las recuerdo.
Cuando cumplió cincuenta años el barrio "El Molino" (año 1996), su lugar en el mundo, Ilmar escribía:
"Alguna vez te llamaron "de los Chuecos" después de la presencia imponente de los Tassara con su mole inconfundible te creó las condiciones para que pasaras a ser Barrio "El Molino".
Conociste de cerca el andar cansino de aquellos bueyes que apenas caminaban a fuerza de picana, te roció en mañanas de frío la garúa inventada del enfriadero, el paredón te ponía una valla en tu mirada, pá el centro, la vieja cancha de Moreno la de chapas, te impregnó de griteríos en tarde inolvidables.
El "Bodegón" de los Rucci asumía su misión de posta de recambio para el refugio de tus hombres y en noches perdidas en la leyenda por el gris estaño sin preguntas, se acodó algún carrero con voz y presencia de payador.
Por tus esquinas gastadas que servían de vértice para el arribo al Cementerio, te invadieron sulkys destartalados, las locomotoras del ferrocarril de antes, te bañaron "con ese hollín que se hacía un festín con las ropas pobres que colgaban del alambre".
Delio Destéfani, el poeta sin época, te plasmó en poemas elegantes con las caricias de musas sentidas.
La famosa alcantarilla convocando para el misterio, en épocas de crisis sirvió de albergue para oscuros linyeras.
Ponían miedo aquellas veredas tan altas y tus calles siempre de tierra, corolario de los días de la aldea, pero de igual modo te diste tiempo y distancia para crear tus poetas, músicos y cantores.
Igual que tu barrio hermano, por tus contornos, se afincaron prestigiosas familias, el trabajo cobró y cobra vigencia en sus lares, los obreros siempre regresan por las tardes.
Del mismo modo, un día te llegó el asfalto, pasaste a ser más moderno y galano, te invadieron otros seres humanos y nuevas costumbres.
Para vos también tronó con su andar soberano el grito del progreso, boliches que no están, esquinas que se han ido y el caminar solemne de Luis B. Negretti buscando el refugio de su altar.
Ya no está la "plazoleta" por cuyos vericuetos Tata Gnazzo realzara la magia del picado, por los escalones de la 19 ya no se percibe la presencia de Alfredo, el patio grande, Pichón Longo se llamó a silencio, si solo te quedó "Maito" jilguero de madrugada y Luis Aceval, desde su parada sin urgencia.
Sobre el taladro de los recuerdos me vienen los tonos de Argüello Dimarco cuando te cantan en su poema: "De los chuecos te llaman, apodo con sabor a mofa. Yo quiero descubrir tu llama, aquella que encendieron Destéfani, Negretti...".

(Ilmar Rivero. Junín, Barrio "El Molino", febrero de 1996)















Comentarios

  1. si, realmente , no lo podrias haber descripto mejor, Ilmar era y lo sigue siendo en el recuerdo, quienes lo tratamos a diario,lo recordamos así, como vos lo escribiste,. Un abrazo

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    1. Gracias Tavo. Realmente Ilmar, creo, nos marcó a todos los que tuvimos la gran suerte de concoerlo. Un estilo que creo que nunca podrá ser igualado, muy propio. Y siempre en nuestro recuerdo.

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  2. Gracias Tavo. Realmente Ilmar, creo, nos marcó a odos los que tuvimos la gran suerte de concoerlo. Un estilo que creo que nunca podrá ser igualado, muy propio. Y siempre en nuestro recuerdo.

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