Francisco inicio el ministerio petrino en una jornada histórica y cargada de emociones










Con la naturalidad y los gestos de sencillez que lo caracterizan, Francisco fue investido el miércoles 19 de marzo, festividad de San José,  Papa de la iglesia católica en medio de una emotiva ceremonia. Visiblemente conmovido, el argentino Jorge Bergoglio recibió el anillo del pescador y el palio de lana, símbolos del poder pontificio, y dio comienzo así a una nueva era con promesa de cambio.
Tras la ceremonia de entronización, Francisco dio una homilía, en la que dijo que no hay que tener "miedo de la bondad" y destacó que "el verdadero poder" del Papa "es el servicio".
"Quisiera pedir por favor a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, social o económico, a todos los hombres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, guardianes del otro, del medio ambiente", dijo el Papa, varias veces aplaudido. "No dejemos que los signos de destrucción y muerte acompañen el camino de este mundo nuestro". Y advirtió que "el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida".
Asimismo, pidió "custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón".
En la misa se celebró el día de la fiesta de San José, patrono de la Iglesia universal. La segunda lectura, tomada de la carta de San Pablo a los Romanos, se pronunció en la lengua madre de Francisco, el español. La primera lectura fue en inglés, el salmo cantado en italiano y el Evangelio, también cantado, en griego.
Más temprano, Francisco había recorrido la Plaza San Pedro a bordo de un papamóvil descapotable desde donde saludó a decenas de miles de fieles. Incluso, en una muestra más de su cercanía con la gente, pidió frenar la marcha del vehículo, se bajó y se acercó a bendecir a un enfermo.
Tras finalizar la recorrida en la Plaza, de aproximadamente media hora, inició una procesión junto a los patriarcas católicos de rito oriental y descendió adonde se encuentra la tumba de San Pedro. Allí se encontraban el anillo del pescador y el palio de lana, símbolos del poder pontificio. A diferencia de los anteriores pontífices, El Papa argentino eligió un anillo de plata dorada, en sintonía con su deseo de austeridad y sencillez. El palio de lana es una banda blanca con cinco cruces rojas, que simboliza la autoridad pastoral y el servicio al pueblo de Dios. Los arzobispos metropolitanos reciben el palio. Al Papa se lo dan como obispo de Roma.



El anillo y el palio fueron llevados a la plaza en procesión, cantando las letanías del Laudes Regiae a cargo del coro de la Capilla Sixtina y del Instituto de Música Sacra vaticano.
El decano del colegio de cardenales, Angelo Sodano, 85 años, puso en el dedo anular derecho de Jorge Bergoglio el anillo de pescador. El palio le fue colocado en torno al cuello por el cardenal protodiácono Jean-Louis Taurán.
Enseguida, seis cardenales, en nombre de los 207 que integran el Sacro Colegio, hicieron acto especial de obediencia al nuevo pontífice.
En la Plaza se encuentran representantes de 132 países y miembros de otras iglesias. En el lado derecho del sagrario de la basílica se ubican las delegaciones de los países. Allí se encuentra, en la primera fila, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.
En el lado izquierdo se ubican arzobispos y obispos no concelebrantes. Más allá las delegaciones de las otras religiones, junto con sacerdotes y seminaristas, en total unas 1.200 personas. Delante de la estatua de San Pedro tienen lugar el cuerpo diplomático y otras autoridades.






 Jorge Mario Bergoglio inició hoy su ministerio petrino como Francisco, el Papa número 266 y primero americano y jesuita de la historia de la Iglesia, en el marco de una ceremonia cargada de simbolismos en la plaza San Pedro a la que asistieron jefes de Estado, entre ellos la presidenta argentina Cristina Fernández, ciento de miles de peregrinos y un cartonero de Buenos Aires que el pontífice pidió en forma especial que viajara a Roma. 
Comunicación telefónica en la madrugada 
En Buenos Aires, el ritual fue seguido por miles de personas que participaron de la vigilia de oración en Plaza de Mayo, a través de pantallas gigante de televisión instaladas frente a la catedral metropolitana. Cada imagen del pontífice que aparecía era motivo para el aplauso y para el grito de “viva el Papa”. 
En la madrugada, a las 3.30, el Papa enmudeció a los jóvenes reunidos en la histórica plaza porteña con una comunicación telefónica en la que volvió a pedir que recen por él. 

Bendijo a un hombre con discapacidad



Antes de la ceremonia del inicio del pontificado, Francisco recorrió la plaza San Pedro a bordo de un jeep blanco y saludo a los peregrinos. Volvió a salirse del protocolo, al bajarse del vehículo para besar en la frente y bendecir a un hombre con discapacidad motriz. 

El ritual 
El ritual de inicio del ministerio petrino comenzó a las 5.30 hora argentina (9.30 hora italiana), dentro de la basílica vaticana, donde Francisco rezó ante la tumba de San Pedro con diez patriarcas y otros arzobispos mayores de las iglesias orientales católicas. 
Luego el cardenal protodiácono Jean Louis Tauran, el purpurado francés que el miércoles 13 de marzo anunció al mundo “habemus papam”, le colocó el palio papal, la estola de lana de oveja con cruces rojas que se coloca sobre los hombros, lo identifica y representa al Buen Pastor. 
En tanto, el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, le entregó al papa el Anillo del Pescador, de plata bañado en oro, y no de oro puro como es tradición, que confeccionó el orfebre pontificio Enrico Manfrini. 
El Papa encabezó después la procesión mientras se cantaba las Laudes Regiae (El Rey es Cristo) y se invocaba a los santos, hasta llegar a la plaza, donde presidió la misa. 

Feliz coincidencia con la fiesta de San José 
Al llegar al altar en la plaza San Pedro para la misa, concelebrada por 180 cardenales, el pontífice recordó la "feliz coincidencia" de iniciar su ministerio petrino en la fiesta litúrgica de San José, patrono de la Iglesia. 
Tras la lectura bíblica en inglés y del evangelio en griego, Francisco pronunció la homilía en italiano, en la que renovó su compromiso de querer trabajar "especialmente" por "los más pobres" para "hacer brillar la estrella de la esperanza". 
Al final de la misa, y una vez que se despojó de las vestiduras litúrgicas, Francisco se dirigió al altar central de la basílica para saludar a los jefes de las delegaciones oficiales de 130 países, que desfilaron ante él.





Un cartonero y un docente destacaron el compromiso de Francisco por los pobres


Un trabajador cartonero y un docente, que estuvieron en la plaza San Pedro del Vaticano, destacaron el compromiso por los pobres de Jorge Mario Bergoglio, convertido en la actualidad en papa Francisco. 
"Siempre lo seguimos a él a todos lados y él nos sigue las locuras nuestras también. Peleamos por todos los derechos del trabajador y contra el trabajo esclavo", dijo Sergio Sánchez, integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). 
"Luchó por el beneficio para todos y que no haya exclusión en ningún caso", agregó el cartonero, que llegó a Roma tras un pedido especial a la Presidencia de la Nación hecho por el arzobispado de Buenos Aires. 
En tanto, el profesor José María del Corral, de la Vicaría Episcopal de Educación de la arquidiócesis de Buenos Aires, aseguró que "la revolución es él y Francisco es el Concilio, y la Argentina está viviendo un regalo enorme porque el mundo nos mira y esta vez por la humildad". 

"Siempre está en todos los detalles chiquititos, interiorizándose por la familia de sus amigos y conocidos", recordó.+


 Benedicto XVI siguió la ceremonia por televisión


Benedicto XVI siguió hoy por televisión desde la residencia apostólica de Castelgandolfo la misa del inicio del ministerio petrino de Francisco, quien en su homilía recordó con "afecto y gratitud" al papa emérito. 
Durante el ritual en plaza de San Pedro, el Obispo de Roma recordó que el inicio de su pontificado coincide con la fiesta de San José, el santo de Joseph Ratzinger. 
"Es una coincidencia muy rica de significado, y es también el onomástico de mi venerado predecesor. Le estamos cercanos con la oración, llena de afecto a gratitud", subrayó. 
Francisco se trasladará el próximo sábado en helicóptero a Castelgandolfo, en las afueras de Roma, donde visitará a Benedicto XVI y compartirán un almuerzo. 
El papa emérito reside allí desde el 28 de febrero, cuando renunció al pontificado, para dentro de tres meses trasladarse a convento en el Vaticano donde se dedicará a la oración.

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