Papa Francisco: el conductor de un nuevo tiempo en la Iglesia


Escribe Roberto Carlos Torres


¿Dónde estabas cuando el cardenal Bergoglio fue elegido Papa?. Esa será la pregunta que de ahora en más todos nos hacemos y haremos en cada momento que nos encontremos con amigos, familiares y conocidos en cada reunión, en cada mesa de café. Y será también la que seguramente nos harán nuestros nietos cuando en sus vidas llegue el momento de hablar cuando un argentino ocupó el trono de Pedro.
Era una semana aciaga en la historia de nuestra ciudad. Fue la semana que los juninenses vivimos en peligro. Tras la muerte cruel de una jovencita de 17 años, Karen Campos durante un robo (sábado 9), se desató la furia total en la ciudad en una noche de fuego y piedras que generó la vandálica destrucción parcial de la comisaría Segunda en Bario Belgrano, el palacio municipal, la rotura de vidrios de los frentes de Tribunales y Banco Provincia, patrulleros quemados. (domingo 10). El caos, la locura. Luego las derivaciones políticas consecuentes. Una semana donde los juninenses perdimos la inocencia y nos enfrentamos a las consecuencias de afrontar la realidad de ser una gran ciudad, en crecimiento, con sus pros y sus contras.
Yo estaba ese día tomando fotografías de cómo había quedado la Comisaría Segunda. Y al cruzar la plaza vi que estaba abierta la iglesia Sagrado Corazón de Jesús. Años hacía que no entrada y entonces tuve el deseo de entrar, recorrerlo una vez más porque allí fue donde recibí el bautismo, tomé la comunión y se me administró la confirmación por el Obispo monseñor Tomé -aùn conservo el recuerdo del padre Tulio Angeletti que montado a su bicicleta recorría cada calle de su parroquia-. Así que entré. La idea era sacar varias fotos -siempre llevo mi máquina, uno nuca sabe cuándo la va a necesitar- de ese templo tan particular, hermoso y maravilloso que tiene esta querida ciudad de Junín. A medida que iba mirando y recorriendo se me venía a la memoria tantos momentos de mi infancia y adolescencia e inclusive de mi juventud. Al salir y tras tomar la última foto desde el atrio de la iglesia hacia la plaza (es tan hermoso ver un templo con sus puertas abiertas de par en par), me llega el mensaje de Marga que me avisa que ya teníamos Papa. ¡Qué coincidencia maravillosa!!. 
Esto fue el miércoles 13. Cuando se produjo el tan esperado anuncio desde el momento de conocerse la renuncia de Benedicto XVI un mes atrás: un nuevo Papa, pero la sorpresa mayúscula fue conocer en quién recayó la elección: un argentino, el cardenal Jorge Mario Bergoglio pero todo no terminó allí. La alegría y la emoción se prolongaron cuando se pronunció el nombre elegido por el nuevo Pontífice: Francisco. Un nombre que lo dice todo.
La alegría y la emoción fue compartida en familia. Nada mejor que ello.
Un nuevo camino comienza a recorrer la Iglesia. Un camino distinto. Francisco sintetiza y representa lo que millones de cristianos esperábamos: un camino que nos reconcilia con nuestra Santa Madre Iglesia. Un hecho histórico universal que abre expectativas y esperanzas miles. 
Los primeros gestos nos indican que se abren años maravillosos para la fe. La continuación de un camino que fue iniciado, casualmente hace poco más de cincuenta años por otro Papa santo, reformista, que llegó para abrir las ventanas de la Iglesia con el fin de que entre una nueva brisa, fresca y renovadora: Juan XXIII que convocó al Concilio Vaticano II. La figura de Francisco me recuerda mucho a la de este santo Papa. 
Francisco llega para llevar adelante ese cambio pretendido por otro papa bueno Juan Pablo I, (Albino Luciani), que deseaba una Iglesia para los pobres, esa opción preferencial. 
Francisco llega para proseguir esa senda de ecumenismo y diálogo fraterno y universal con todas las religiones que impulsó Juan Pablo II. 
Llega para eso y para mucho más. Estos gestos, estos signos que a continuación comparto con ustedes, me llevan a decir claramente y confiado que nuevos tiempos se abren para la Iglesia, tiempos impensados hace muy poco, pero necesarios. Hoy más que nunca se siente la mano de Dios y del Espíritu Santo sobre Roma, la Ciudad Eterna y la Iglesia. Una Iglesia para el siglo XXI con los pies basados en el Evangelio de hace dos mil años.






El Santo Padre Francisco, Jorge Mario Bergoglio, pidió en su mensaje a los miles de fieles que aguardaban el anuncio de quien sería el 266 Papa de la Iglesia Católica en la Plaza de San Pedro y en todo el mundo a través de los medios de comunicación social que elevaran una plegaria para rezar por él. 
“Les pido una plegaria en silencio para su obispo”, expresó el Pontífice a los romanos, antes de impartir la bendición Urbi et Orbi, en perfecto italiano. “Recen por mí”, insistió al despedirse de los miles de fieles que lo aguardaban expectante. 
El nuevo obispo de Roma mencionó en varias ocasiones antes de llegar a Roma para participar del cónclave el deseo de que los fieles recen para que el Espíritu Santo iluminara a los cardenales en la grave decisión de escoger al Vicario de Cristo sobre la Tierra. 
La frase “Recen por mí” era el pedido con el que hasta el miércoles 13 de marzo, arzobispo de Buenos Aires, cerraba todas sus alocuciones y homilías.






El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, el primer latinoamericano y el primer jesuita en ocupar la Cátedra de Pedro, elegido en la quinta votación del cónclave que buscaba al sucesor de Benedicto XVI, quien renunció al pontificado por "falta de fuerzas". 
Los cardenales "me vinieron a buscar al fin del mundo", dijo en italiano, ante una multitud, en su primera aparición desde el balcón de la basílica de San Pedro. "Gracias por el recibimiento", agregó. 
El flamante pontífice pidió después rezar por el papa emérito Benedicto XVI: “Oremos para que el Señor lo bendiga y para que la Virgen María lo proteja". 
Francisco pidió también a la multitud que “recen por mí”, como acostumbraba a hacerlo con cada persona que se encontraba en la calle o cuando tomaba el subterráneo para recorrer las parroquias porteñas. 
"Oremos los unos por los otros y todos por el mundo, para que haya una gran fraternidad", exhortó. 
El nuevo pontífice rezó un padrenuestro y un avemaría ante la multitud que lo ovacionaba. 
"Mañana pediré a la Virgen que proteja Roma. Buenas noches a todos y que descansen", se despidió en italiano. 
En la plaza de San Pedro se pudieron ver varias banderas argentinas y muchos de los presentes le gritaban que dijera unas palabras en castellano, pero no lo hizo. 
A las 15.05 hora de Buenos Aires, el humo blanco salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando que los católicos tenían nuevo Papa. 
Casi 50 minutos después el cardenal protodiácono, el francés Jean Louis Taurán, anunciaba al mundo en latín “habemus papam” y daba a conocer el nombre del argentino Bergoglio

El cardenal Timothy Dolan contó a las pocas horas de la elección del nuevo Papa algunos detalles del nuevo Pontífice, como el gesto de trasladarse desde la Capilla Sixtina a Santa Marta no en la limusina que estaba esperándole, sino en el mismo autobús que los cardenales. 
Ese gesto mostró su humildad, señaló el arzobispo de Nueva York, quien agregó que la mayor parte de los purpurados había tomado autobuses para volver a su residencia en el Vaticano y ya se habían formado en una línea para saludar al nuevo Papa cuando llegara a ese lugar para la última cena que tendrían como grupo. Estaban esperando que llegara en la limusina que habían visto estacionada en el Palacio Apostólico. "Y cuando el último autobus se detiene, ¿adivinan quién desciende? El papa Francisco. Imagino que le dijo al chófer: 'No hay problema, me voy con los muchachos'", dijo Dolan a los periodistas. 
Dentro de la residencia, durante la cena, el Papa mostró su lado más simpático: "Brindamos por él y cuando él brindó por nosotros, dijo: 'Que Dios los perdone'". Y luego añadió: "Voy a dormir bien esta noche y algo me dice que ustedes también", en alusión a la intensidad de estos últimos días. 
El nuevo Papa adelantó a los cardenales que el jueves visitará al papa emérito Benedicto XVI en Castelgandolfo, que visitará una basílica en Roma y, nuevamente bromeando, añadió: "También debo pasar por la residencia, tomar mis maletas y pagar la cuenta". 

Tres ovaciones 
Dolan describió la emoción dentro de la Capilla Sixtina cuando Bergoglio alcanzó los 77 votos, la mayoría de dos tercios necesaria para elegirlo. "Comenzamos a aplaudir, pero luego tuvimos que detenernos hasta que se contara el resto de los votos y luego aplaudimos nuevamente al final, y nuevamente cuando él dijo que aceptaba la elección". 
Minutos después de su elección, el nuevo Santo Padre entró en la sacristía de la Capilla Sixtina para ponerse sus atuendos papales blancos. La sacristía es conocida como el Cuarto de las Lágrimas, porque es donde el nuevo pontífice siente por primera vez el peso del papado. Al salir para el besamanos, se había preparado un trono sobre una plataforma, pero Francisco I prefirió saludar a los cardenales desde una silla a su mismo nivel. 
Francisco aclaró también a los 114 cardenales una de las dudas que más se habían comentado sobre el nombre elegido, una posible alusión a dos santos de la Compañía de Jesús, San Francisco Javier y San Francisco de Borja. Pero no es por ellos, sino que eligió ese nombre en honor a San Francisco de Asís, una muestra del amor a los pobres del nuevo Papa, así como de su apego a la sencillez. 
El cardenal Dolan afirmó que la elección de Francisco será "un impulso para la Iglesia en las Américas, una verdadera bendición": "Existe una sensación de alivio en todos nosotros porque ahora sabemos que tenemos un buen pastor, un hombre con los pies en la tierra, un hombre de confianza y aplomo, con una hermosa sinceridad y humildad"


Bergoglio, sobre todo “pastor”, tanguero y simpatizante de San Lorenzo


Jorge Mario Bergoglio, desde el miércoles 13 papa Francisco, es ante todo “un pastor” que puso la arquidiócesis de Buenos Aires en estado de “misión” y exhortó a los porteños a no quedarse encerrados en la sacristía y salir al encuentro de los más necesitados tanto material como espiritualmente. 
Ex basquetbolista, bailarín aficionado del tango, aunque con una fuerte inclinación por la milonga, entusiasta de las películas de Tita Merello y del neorrealismo italiano y en fútbol simpatizante del equipo de San Lorenzo, fundado por el sacerdote Lorenzo Massa. 
A los 21 años cayó gravemente enfermo, no le detectaban el mal y pensó que se moría. Finalmente, le diagnosticaron una pulmonía severa y debió ser sometido a una ablación de la parte superior del pulmón derecho. 
Fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina entre 2005 y 2011. 
En diversas oportunidades criticó fuertemente la corrupción y la trata de personas con imágenes fuertes: "Se cuida mejor a un perro que a estos esclavos nuestros". O “la esclavitud está a la orden del día, hay chicos en situación de calle desde hace años, no sé si más o menos, pero hay muchos”. 
Recordó que "hay chicas que dejan de jugar a las muñecas para entrar en tugurios de la prostitución, porque fueron robadas, vendidas o traicionadas" y criticó fuertemente el “limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer" y aseveró: "el aborto nunca es una solución". 
Se opuso a la despenalización de las drogas para consumo personal y exhortó a los jóvenes a no creerles a "los mercaderes de la muerte”. 

Es más cómodo ser monaguillo que protagonista 
Al despedirse de la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina, en 2011, hizo un repaso por la situación de la Iglesia. Sobre los laicos, afirmó que corren peligro de “clericalización” y que es más fácil ser monaguillo que protagonista. 
Sobre Buenos Aires, afirma que hay muchas cosas por hacer: “Hay que seguir caminando e ir haciéndolas de a poco. Ésta es una ciudad que de noche tiene tres millones de habitantes y de día ocho”. 

Datos biográficos 
Nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de don Mario Bergoglio y de doña Regina Sívori. Estudió química industrial y, ya diplomado en una escuela de la Nación, ingresó en el seminario arquidiocesano Inmaculada Concepción, en el barrio porteño de Villa Devoto, de donde al cabo de tres años –el 11 de marzo de 1958– pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. 
Tras cursa estudios de humanidades en Chile en 1960, regresó a Buenos Aires y obtuvo la licenciatura en Filosofía y luego la de Teología en el Colegio Máximo “San José”, de San Miguel, de la Compañía de Jesús. 
Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y de Psicología en el Colegio de la Inmaculada, en la provincia de Santa Fe, y en 1966 enseñó la misma materia en el colegio del Salvador, de Buenos Aires. 
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote en la Compañía de Jesús por monseñor Ramón José Castellano, arzobispo emérito de Córdoba. 
En el curso de 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. 
En los años 1972-1973 fue maestro de novicios en la residencia jesuita de Villa Barilari, en la localidad bonaerense de San Miguel, profesor en la Facultad de Teología y Consultor de la Provincia jesuita; luego, rector del Colegio Máximo San José; y el 31 de julio de 1973 fue nombrado superior provincial de la Compañía de Jesús en la Argentina, cargo que ejerció durante seis años. 
En marzo de 1986 se trasladó a Alemania para concluir su tesis doctoral, y al regresar a la Argentina sus superiores lo destinaron al Colegio Del Salvador, en Buenos Aires, de donde pasó a la Iglesia de la Compañía de Jesús, en la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor. 
El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires.El 27 de junio de ese año recibió la ordenación episcopal en la catedral metropolitana de Buenos Aires, de manos del cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires. Fueron co-consagrantes el nuncio apostólico, monseñor Ubaldo Calabresi, y monseñor Emilio Ogñénovich, obispo de Mercedes. 
Promovido a arzobispo coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997, inició su ministerio pastoral como undécimo arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998. Inició su ministerio pastoral como undécimo arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, y el 6 de noviembre de 1998 fue designado también Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en la Argentina y que no cuentan con Ordinario de su propio rito. Le fue impuesto el palio por Juan Pablo II el 29 de junio de 1998 en la basílica de San Pedro del Vaticano. 
Fue creado cardenal del título de San Roberto Belarmino (un santo jesuita) por Juan Pablo II en el consistorio del 21 de febrero de 2001. 
En la Santa Sede es miembro de las Congregaciones para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; para el Clero y para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; es miembro del Comité de la Presidencia del Pontificio Consejo para la Familia y del Consejo Post Sinodal; y consejero de la Pontificia Comisión para América Latina. 
El lema de su episcopal es: “Miserando atque eligendo”.

La Iglesia que presidirá el papa Francisco
El papa en "colectivo" por Roma al día siguiente de su elección. Una tradición de Bergoglio cardenal que sigue Bergoglio Papa. Un papado más cerca de los seres humanos. Un papado más humano. Más vivo.

El Papa surgido de la Argentina, el país “más lejos del mundo”, deberá gobernar una Iglesia que cuenta con más de mil doscientos millones de fieles, lo que equivale a un 17 por ciento de la población mundial, pero que en los últimos decenios en su distribución se ha producido un vuelco demográfico notable. Del total de católicos, unos 350 millones viven en Europa y América del Norte, mientras que 750 millones están en Latinoamérica, África, Asia y Oceanía. 
En 1910 6 de cada 10 católicos vivían en Europa, mientras que ahora solo lo hacen 2 de cada 10. Hay que tener en cuenta que hace un siglo Europa representaba el 25 por ciento de la población mundial, hoy solo el 11 por ciento. 
En Latinoamérica reside actualmente el 45 por ciento de los católicos del mundo, pero solo la tercera parte de los católicos viven hoy en Europa y América del Norte. 

Asia y África, en alza 
África es uno de los continentes en los que más ha crecido el catolicismo: tiene actualmente 172 millones de católicos, fundamentalmente en el África subsahariana, lo que supone el 16 por ciento de la población del continente. 
En los Estados Unidos los católicos han ido aumentando hasta los 75 millones, es decir, un 24 por ciento de la población. Este ascenso se debe en parte al aumento de inmigrantes. Se estima que un 52 por ciento de los inmigrantes de este país son católicos. 
Oceanía y Asia continúan siendo los hermanos pequeños entre los católicos. Entre ambos continentes representan apenas un 12 por ciento del total de católicos. Solo un 3 por ciento del total de personas que viven en estos continentes confiesan la fe católica. Sin embargo, la Iglesia experimenta un crecimiento sostenido en Asia: si a principios de siglo XX representaba el 1,2 por ciento de la población asiática al finalizar el siglo XX llegaba al 3 por ciento. 
Los católicos en Oriente Medio y el norte de África, rodeados de una cultura islámica y en algunas ocasiones en situaciones de persecución, solo aumentaron en 4 millones en 100 años. 
Donde más rápidamente crece la Iglesia es en África y Asia 
El crecimiento demográfico a lo largo del siglo XX es la principal causa del aumento de católicos. Pero también aquí hay diferencias por continentes. Mientras que la proporción de católicos respecto a la población total bajó en Latinoamérica, en África y en Asia el aumento de los católicos sobrepasó al crecimiento demográfico. Por otra parte, en los continentes donde crece el número de católicos la Iglesia está generando sus propios sacerdotes y religiosos y religiosas, y dependiendo menos de los misioneros, lo que indica su madurez. 

Aumenta el número de sacerdotes 
Según el Anuario Pontificio 2012, prosigue la tendencia al crecimiento del número de sacerdotes comenzada en el año 2000. En 2010 se cuentan 412.236 presbíteros, de los cuales 277.009 son miembros del clero diocesano y 135.227 del clero religioso. En 2009 eran, en cambio, 410.593. El aumento se registra en Asia (1695), África (765), Oceanía (52) y América (42), mientras que la disminución atañe a Europa (905 sacerdotes menos). 
Disminuye en el mundo el número de religiosas profesas que pasan de 729.371 en 2009 a 721.935 en 2010. Hay menos religiosas en Europa (-2,9%), Oceanía (-2,6%) y América (-1,6%). Sin embargo, su aumento es significativo en África y Asia (alrededor del 2%) en ambos continentes. 
El número de los estudiantes de filosofía y teología en los seminarios diocesanos o religiosos aumentó un 4 por ciento en los últimos cinco años. También hay que registrar que los seminaristas mayores disminuyen en Europa (-10.4%) y en América (-1.1%) mientras aumentan en África (14,2%), en Asia (13%) y en Oceanía (12,3%). 

Perspectivas desde el sur 
El vuelco demográfico del catolicismo del norte hacia el sur implica también cambios de perspectiva y de preocupaciones. Generalmente, como los medios de comunicación que cuentan en el mundo están en Occidente, su visión de la Iglesia tiende a reflejar la de la cultura occidental actual. Cuando hablan de lo que la Iglesia debe cambiar, lo hacen en función de lo que ellos consideran “conservador” o “progresista”. Pero estas categorías no se aplican necesariamente al Sur. 
Los cristianos del sur –tanto católicos como protestantes– son mucho más tradicionales en temas como la familia, el aborto o la homosexualidad. En cambio, son más escépticos respecto a las ventajas del capitalismo y más preocupados por la acción para erradicar la pobreza. 
Las fortalezas y las debilidades de la Iglesia en el sur son también distintas. Por ejemplo, en el norte las vocaciones sacerdotales y religiosas han ido disminuyendo, y para solventar el problema algunos proponen abandonar el celibato sacerdotal. En el sur la dificultad de numerosos países es que no hay suficientes plazas en los seminarios, aunque esto también tiene el problema de garantizar la recta intención de los candidatos. 
En el norte secularizado el problema es el escepticismo, mientras que en el sur lo es la excesiva credulidad en materia religiosa. Desde el punto de vista familiar, en el norte surgen debates sobre la situación de los católicos divorciados vueltos a casar, mientras que en países africanos el problema puede ser la poligamia. 
En un mundo globalizado, habrá que tener en cuenta también un enfoque mundial a la hora de definir las necesidades y las perspectivas de la Iglesia.

"¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres"!

"Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres", exclamó el papa Francisco, ante 6.000 periodistas del mundo en el sala Pablo VI del Vaticano. 
Allí el pontífice argentino confirmó que eligió el nombre en honor a San Francisco de Asís, el santo que dedicó su vida a los más pobres y necesitados. 
"En la elección yo tenía junto a mí al arzobispo emérito de San Pablo y también prefecto de la Congregación para el Clero, cardenal (Claudio) Hummes, un gran amigo”, dijo en medio de aplausos. 
“Cuando la cosa se estaba poniendo peligrosa, él me daba ánimo, y cuando se alcanzaron los dos tercios (necesarios para elegirlo), él me abrazo, me dio un beso y me dijo: 'no te olvides de los pobres”, añadió. 
El Papa sostuvo que "inmediatamente, la relación con los pobres me llevó a pensar en San Francisco de Asís. Y después pensé en las guerras, mientras las votaciones seguían hasta que se contaron todos los votos. Francisco es el nombre de la paz, y así se me ocurrió el nombre". 
"Me llegó a mi corazón, San Francisco de Asís. Para mí, es el hombre de la pobreza, de la paz, el hombre que ama y cuida la creación, en este momento en que nosotros no tenemos una relación muy buena", advirtió. 
El Papa también bromeó sobre otras propuestas de nombres que le hacían sus pares cardenales. 
"Pero tu tendrías que llamarte Adriano -le dijeron-, porque Adriano VI fue el reformador, y acá hay que reformar (a la Iglesia)". 
Otros le sugirieron el nombre de Clemente, uno de los papas que condujeron el cristianismo romano. "¿Y por qué? Así puedes tomar venganza con Clemente XIV que suprimió a los jesuitas", comentó con humor en referencia a la congregación religiosa a la que pertenece. 

La importancia de los medios 
Francisco destacó en otro momento la importancia de los medios y agradeció el “intenso” trabajo que tuvieron estos días con motivo del cónclave que lo eligió. “Mirá que han trabajo”, subrayó con una sonrisa. 
"El rol de los medios fue en aumento y se convirtió en indispensable para el mundo", agregó. 
Tras asegurar que "la iglesia no tiene una naturaleza política sino espiritual", recordó que “Cristo es el centro” y el pueblo de Dios "camina hacia el encuentro con Jesucristo y sólo en esta perspectiva se puede saber lo que hace la Iglesia Católica". 
El pontífice consideró que la comunicación tiene que estar basada en la búsqueda de "la verdad, la bondad y la belleza" al igual que hace la Iglesia. 
Tras saludar a varios periodistas, sobre todo argentinos, el Papa impartió la bendición en español. 
"Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes pero respetando la consciencia de cada uno. Les doy mi bendición sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. ¡Qué Dios los bendiga!", concluyó. 





“Lo miró con misericordia y lo eligió”, el lema del nuevo escudo papal

El nuevo escudo papal incluye la leyenda “Miserando atque eligendo” (Lo miró con misericordia y lo eligió), informó el Vaticano al dar a conocer los símbolos que representarán el pontificado de Francisco, de acuerdo con un reporte de EFE.
En la parte alta del escudo, está el emblema de la Compañía de Jesús, a la cual pertenece Francisco. Se trata de un sol radiante amarillo con la letras en rojo IHS (Jesús, Hombre y Salvador).
En la parte baja, se observa una estrella y una flor de nardo. La estrella simboliza a la Virgen María, y la flor de nardo a San José. El nuevo escudo resalta la particular devoción de Francisco a la Virgen y San José, de acuerdo con el Vaticano.


















Comentarios


 



 



 


 







 


LA ACTUALIDAD