Colonia Rincón del Carpincho: La vida en el campo

(EXTRAIDO DE LA RESEÑA HISTORICA DE COLONIA RINCON DEL CARPINCHO, REALIZADA POR MARIA CECILIA RIGONAT, 1949-1999, LAPLACETTE)
Yerra

La gente se levantaba al amanecer, la mujer primero ordeñaba la vaca para obtener leche para consumo de la familia, después se tomaba el desayuno, los chicos iban a la escuela a caballo y como mínimo tardaban media hora de viaje. Las mujeres ayudaban en las tareas rurales, sobre todo cuando en la familia no contaban con muchos hijos varones, debían realizar tareas muy rudas.
Se ocupaban de la quinta, se sembraban papas, zapallos, cebollas, a veces se contaba con montes frutales. También criaban aves de corral, cerdos y corderos, para obtener la carne. Las cocinas eran a leña, primero se tenía un fogón que después fue suplantado por la cocina a querosene. La comisa se empezaba a hacer a eso de las 9 de la mañana debido a las demoras en prender el fuego y los casos en que se apagaba, debiendo comenzar todo de nuevo.
Las comidas más comunes eran guisados, pucheros, a veces tallarines, una vez por semana se elaboraban pastas. Los asados se hacían en ocasiones especiales y se asaban corderos, lechones, etc. Las conservas estaban muy difundidas.
La yerba, la harina, el azúcar, venían en bolsas, el aceite en latas. Las bolsas de yerba eran de tela, en las puntas tenían unos cilindros de madera para sostenerlas. Con estos cilindros de madera, algunos abuelos habilidosos fabricaban carritos para los nietos.
Había muchos vendedores ambulantes.
El carnicero iba de chacra en chacra, traía todo por encargue. La tarde anterior mataba un animal, a la madrugaba depostaba y preparaba los pedidos que se colocaban cuidadosamente en un baúl. El reparto se hacía entre las 6 y las 9.30. Pasaba dos veces por semana. La carne se conservaba en las fiambreras, las primeras heladeras a querosene recién se difundieron hacia fines de la década de 1950.
El carnicero era Héctor Burattini, hijo de Nazareno Burattini, repartía los pedidos de carne chacra por chacra. Por lo general se trataba de una cierta cantidad de kilos que se llamaba "carne general" y consistía en puchero, pulpa, otros cortes para hacer asado, etc. 
El panadero contaba con un carretón tirado por caballos cargo de pan, por lo general vendía galleta, a veces traía pan, pero la galleta era lo más común porque era más barata. Los que visitaban la zona llegaban desde Baigorrita.
El gallinero llevaba pollos, gallina, huevos, algún cuerito y vendía productos envasados como conserva, aceite en lata, jabón, algún cajón de naranjas, zapatillas para los chicos. Por encargue traía cualquier mercadería. El dinero obtenido era administrado por la mujer que lo utilizaba para comprar ropa y lo necesario para la casa.
Don Antonio Milese era el gallinero. Compraba cueros, ya sea de vaca o de liebre, huevos y vendía mercaderías de almacén; también estaba Cosenso que llegaba de Junín y además vendía planta para forestar.
Don Emilio y Don Severo vendían ropa hecha, telas, materiales para la costura como hilos, agujas, pasaba una vez por mes o cada veinte días, vendía a contado o a crédito. En general no se usaba mucho la ropa de lana, se tejía algún pullover para los hombres y un chaleco sin mangas para salir. Había telas gruesas para camisas y se confeccionaban camperas para trabajar.
La mayor parte de la ropa se hacía en casa y cuando se necesitaba algo  de mejor calidad como frazadas, colchas, cotín, se hacía un viaje a Junín, a Lincoln o a Alem. Se movilizaban en un charré a caballo, cuando se atrasaban, se quedaban en alguna casa. Muchas veces sus clientes los esperaban, invitándolos a comer.
El agua se extraía de la bomba o del molino.
Las viviendas estaban construidas con barros y paja, el techo era de chapa y por encima se colocaba paja para que sirviera de aislante térmico.
Las ventanas no tenían vidrio, sino que ean todas de madera, por eso la puerta se mantenía siempre abierta.
Para la iluminación nocturna se utilizaban velas, faroles y estaban muy difundidos unos candiles de fabricación casera, que consistían en un frasquito lleno de querosene, con una bombilla dentro de la cual se pasaba un cordoncito que servía de mechero.

LA SOLIDARIDAD

Los vecinos eran muy colaboradores entre sí, se ayudaban mutuamente en todas las tareas como en las carneadas, yerras y otros trabajos como la cosecha. Se prestaban las herramientas de labranza. Zeike cuenta que los vecinos formaban grupos para realizar las tareas que demandaban más esferzos como yerras, marcación, vacunación, carneadas, terraplenar, etc. se ayudaban especialmente con Burattini y Olando.
Los que tenían auto llevaban a un enfermo o por cualquier urgencia estaban a disposición de la comunidad. Por ejemplo, el señor Barisich, vecino pero no colono, tenía auto y hacia de "taxi" para todos los vecinos. Angelito Panziraghi tenía un Ford T, llevaba pasajeros a Junín y cuando lo necesitaban, en todo momento, siempre sin cobrar.
De la misma forma si alguien debía permanecer en el hospital, se lo acompañaba o cuando nacía un bebe, las mujeres lavaban la ropa, atendían a la familia del enfermo que se quedaba en la casa.
En ocasión de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, los vecinos invitaban a participar de las mismas a aquellas personas que por alguna razón se encontraban soldas.
La señora de Zielke, dada la lejanía de su propia madre, recuerda con mucho cariño la amista surgida con la señora Antonia de Olano, ella la aconsejaba, la ayudaba, le daba ánimo cuando debía pasar momentos difíciles y de la misma manera compartieron muchas alegrías.
Transporte de carga del campo a la estación del ferrocarril


Comentarios


 



 



 


 







 


LA ACTUALIDAD